Poco a poco, el turismo en Perú se reactiva. Cada vez son más personas las que se animan a cambiar de aire y volver a viajar por el país, ansiosos por reencontrarse con la naturaleza, conocer un lugar que siempre quisieron o pasar tiempo en familia fuera de casa.
Viajar en pandemia también puede ser seguro y así lo constató parte de nuestro equipo. Como expertos en el rubro, conocemos los protocolos de bioseguridad que se han implementado en el país para promover el turismo garantizando la salud de los pasajeros. Leemos cómo hoteles y restaurantes se han adaptado a la “nueva normalidad”, pero ahora nos tocó estar del otro lado.
¿Cómo ha sido la experiencia de viajar durante la pandemia? Te dejamos el testimonio de cuatro mujeres viajeras:
1. María Lucía Atauje
Uno de mis lugares favoritos para visitar en verano son las playas del sur, especialmente Paracas, un destino con un clima cálido, atracciones al aire libre y comida deliciosa. Mi familia y yo decidimos hacer un viaje por Año Nuevo en el cual buscábamos relajarnos, disfrutar de la playa y celebrar juntos sin dejar de lado los protocolos de bioseguridad, considerando que íbamos a hacerlo durante la pandemia.
Optamos por quedarnos cinco días en uno de los hoteles de la Reserva Nacional de Paracas. Debo admitir que viajar en pandemia sacó mi lado más riguroso, estaba atenta a cada detalle relacionado a mi salud y la de mi familia. Sin embargo, solo bastó llegar al destino para darnos cuenta que estábamos en buenas manos. Todo el personal y los protocolos fueron seguidos a la perfección en todo momento; desde la medición de temperatura hasta el uso de mascarillas, distanciamiento social y desinfección de manos y calzado.
Definitivamente recomendaría la experiencia, pues no solo cumple con altos estándares de bioseguridad sino que también tienen actividades al aire libre. Mis favoritas fueron los deportes acuáticos, la visita a la colección privada de artículos prehispánicos y las cenas exquisitas en el restaurante. ¡Un lugar imperdible!
2. Ana Paula Albín
Viajar por el Perú es una experiencia extraordinaria, especialmente cuando uno comienza a alejarse del ruido de la ciudad y comienza a entrar al silencio y tranquilidad de las montañas en la sierra del país. Huaraz era un destino que tenía pendiente desde hace mucho y esta vez, opté por ir en un viaje espiritual junto un guía especializado y varios amigos.
Partimos de madrugada y manejamos ocho horas hasta allá. Nos quedamos en unos domos en la montaña a 10 minutos de Chavín, con una vista espectacular del valle y distanciamiento social asegurado. Durante nuestra visita al sitio arqueológico, notamos que cumplían con todos los protocolos: aforo limitado, medición de temperatura al ingreso y uso de mascarilla obligatoria. La energía del lugar, que se siente como si ingresarás a un universo ancestral mientras recorres sus caminos y túneles, es única y sorprendente.
Conocimos también Hatun Machay, un bosque de piedras entre los nevados a una hora de camino. Es cautivante el poder de la naturaleza que observamos ahí. Además, fue una oportunidad para reconectarnos con ella luego de mucho tiempo. Sin duda un viaje que me recargó de energía y me permitió enfocarme en las cosas simples que nos rodean.
3. Bianca Andrade
Luego de año y medio de pandemia y ahora que la mayoría de adultos en mi familia están vacunados, decidimos hacer un pequeño viaje para romper con la rutina. Salimos de Lima rumbo a Ica a pasar el fin de semana donde sale el sol, cinco familias cada una en su auto.
Nos hospedamos en un hotel en la ciudad, con espacios abiertos, una recepción cálida y protocolos de desinfección y uso de mascarillas bien establecidos. Recorrimos la ciudad en caravana, almorzamos en uno de los viñedos y paseamos por Huacachina donde un grupo nos quedamos a disfrutar del atardecer mientras el resto recorrió el desierto en arenero. Cerramos el viaje con un tour al Cañón de los Perdidos. El guía nos acompañó en el carro, todos con mascarilla y las ventanas abiertas para tener ventilación. La caminata duró 2 horas, en las que pudimos explorar el fondo del cañón.
Me sorprendió la cantidad de personas que se encontraban visitando estos destinos; se puede ver que poco a poco el país se está reactivando y todos estamos ansiosos por visitar nuevos lugares. Por mi lado, regresé feliz, fue una experiencia inolvidable y me dio la oportunidad de reconectar con mi familia y disfrutar con seguridad.
4. Ximena Arrieta
Siempre me he considerado una persona que le gusta estar en movimiento, por lo que las caminatas y las actividades al aire libre son básicas en todos mis viajes. Cuando se empezaron a reactivar los viajes en Perú y tras meses de confinamiento, planifiqué algunos viajes cortos para volver a hacer lo que más me gusta: salir de trekking.
Desde hacía mucho tiempo tenía una ruta de caminata en mi lista de pendientes: el Intipunku de Ollantaytambo. Su nombre en quechua significa “puerta del sol” y la vista del valle y del nevado Verónica desde la cima es impresionante. Durante la caminata, quedé contenta con los protocolos que habían establecido y cómo el guía se encargó de hacerme sentir segura todo el tiempo.
Pasé unos días adicionales en Cusco. Debo decir que quedé muy contenta con la rigurosidad de los protocolos en los locales y hoteles de la ciudad, muestra de que están totalmente comprometidos con la tarea de reactivar el turismo garantizando una experiencia segura para todos los visitantes. Me llena de emoción ver como una de mis lugares favoritos de Perú vuelve poco a poco a llenarse de vida. Es un viaje que repetiría muchas veces y recomendaría a todos.
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Ya sea que elijas un fin de semana relajante en la playa o una aventura por las montañas, Perú es un destino seguro para viajar en pandemia y está listo por recibirte. ¡Déjanos ayudarte a planificar tus vacaciones de ensueño por nuestro país!