Son contadas las ocasiones en las que todo un pueblo explota de júbilo para formar parte de una tradición que nació durante la década del 30 y que fue creciendo hasta convertirse en una de las fiestas más importantes del Perú: el carnaval de Cajamarca.
Cada año durante febrero, habitantes de los barrios de Cajamarca, pueblos, caseríos y los rincones más alejados de la región, se reúnen en la ciudad para celebrar las costumbres y la cultura que los caracterizan. A través de comparsas, trajes conocidos como “coplas” confeccionados por ellos mismos y danzas típicas, ponen en vitrina el bagaje cultural heredado durante generaciones y que se mantiene vivo en un carnaval que cobra importancia histórica.
La celebración trae consigo una serie de elementos tradicionales que forman parte del carnaval a lo largo de los días. Entre ellos destaca el Ño Carnavalón, personaje principal cuya entrada a la ciudad representa el inicio de la fiesta. A él lo sigue el Clon, personaje cubierto de ropa llamativa y sombrero de gran tamaño, así como las comparsas vestidas con atuendos llamativos. Asimismo, las calles se llenan de color al celebrarse la fiesta de pintura mientras se disfruta de la música y se bebe “cañazo” o chicha de jora.
Hoy en día, Cajamarca es considerada la capital del carnaval peruano y el evento se ha consolidado como la fiesta de colores, tradición y baile más grande del Perú, atrayendo a miles de visitantes de distintas regiones del país y del extranjero que llegan para mezclarse y festejar estos días como locales.
Fotografías: Marco Garro / Promperú